'El Lugar sin Límites' - Arturo Ripstein, (1977)

Hay un solo escape de esta tierra moribunda.

Manuela, un hombre travesti y su hija Japonesita son dos mujeres que tienen a su mando un prostíbulo en la comunidad de El Olivo. 

Un día despiertan debido a que una amenaza de su pasado ha vuelto al pueblo, y las cosas no pintan del todo bien para ellas. 

Considerada como la obra cúspide de Arturo Ripstein, es cierto que la película es una obra tan sobresaliente que su discurso (lamentablemente), sigue siendo dolorosamente actual y no la podemos ver simplemente como un vestigio del México pasado. 

Si bien el escenario en el cual se desarrolla la historia es un pueblo en vías de olvido ésto no dista de lo que es nuestra sociedad actual; no importa si las calles de terracería son las anfitrionas del relato o son los asfaltados callejones mal iluminados, en donde sea es visible cómo las personas son víctimas de la desigualdad, la indiferencia y el dolor encarnado. 

Otro de los que en cuanto a mí concierne son de los pilares de la cinta es el miedo del hombre a externar sus sentimientos por temor a críticas debido al machismo que al día de hoy sigue prevaleciendo en la sociedad mexicana y mundial, dando pie al supuesto "lugar" que las mujeres deben cumplir en el arquetipo establecido desde hace ya muchísimo tiempo y que inequívocamente debe desaparecer. 

Aunque el pensamiento contemporáneo promueve que la libertad de preferencia sexual sea normal, al día de hoy sigue habiendo personas que sufren de homofobia por el simple hecho de vivir uno de los sentimientos más sinceros que el ser humano puede experimentar. 

El Lugar sin Límites habla más allá de una vista al pasado y una lectura presente. Habla de personas con el ímpetu de querer mejorar su futuro, de frustraciones y problemas latentes. De voces olvidadas y miradas rechazadas. De acciones falsas y de seres reprimidos. 

Habla del último baile antes de colgar ese harapiento vestido rojo con la esperanza de que al apagar las velas mañana nos aguarde un mejor presente. 

Si existe un infierno seguramente es el lugar donde pertenecemos ahora, y con suerte solamente sea el descanso lo que nos espera cuando finalmente cerremos los ojos con la ilusión de liberarnos de estas ataduras calcinantes. 

Sólo tal vez.